jueves, 5 de marzo de 2009




Golpearé incansable el tablero de mi vida,
levantaré nuevas murallas de piedras,
más oscuras y fuertes.
Cubriré de altas hierbas todos los linderos que lleguen hacia mi puerta.
Romperé todo paisaje para que no se acerquen,
colocaré miles de rejas de hierro fuerte y cadenas de fuego ardiente
porque el tiempo se me agota;
entre la nada se pierde.

Golpearé incansable el tablero de mi vida,
vida que tan sólo es un accidente, mientras mi alma se
escapa en un sollozo y el corazón, desfallecido muere.
Ahogaré todas mis ansias,
apagaré todos mis sueños,
enterraré todo recuerdo,
muriéndome en mis pesadillas,
vistiéndome de tus ausencias,
cubriéndome el rostro con tinta negra y espesa.

Golpearé incansablemente el tablero de mi vida,
desataré mil tempestades...destrozaré mi pecho
para arrancarme mi estúpido corazón.
¿ Por qué me traicionas y sientes?
Seré cadáver insepulto
porque lo único que siempre invoqué fue la muerte
la cual solo llega y se burla
gira, gira lenta, se sonríe, lanza su gran carcajada
dejándome en un lago de silencios....
sumergida en la profundidad
de un enorme espejo que me muestra marchitas flores.

Golpearé incansable el tablero de mi vida.
Soy una fiera herida, estoy sangrando de muerte.
Gimo, aúllo, grito....me muestras que mi mente está ausente.
No es coherente cuando es el alma la que grita
por el dolor de no tenerte...
¡¡¡¡Maldita necesidad de amar!!!!
¡¡¡¡¡Maldito cádaver insepulto!!!!!!
Deja, déjate de una vez morir completo
para perdonarte en la eternidad de los olvidos, ¿o es acaso que no entiendes?

Golpearé incansable el tablero de mi vida.
No quiero más deslumbramientos ni cadenas que me aten a tus besos.
No quiero que crezcan los recuerdos.
Cómanme, mil pájaros negros de extramuros, los ojos...
para enceguecer y no poder recorrerle.
Que reviente el tiempo en todos los relojes
entregado al frío de la muerte, orillada ante los
muros de la soledad.
Taparé, fuertemente, mis oídos.
Corazón, cállate, cállate....
No formes remolinos de plumas de oto.
El más alto silencio se eleva entre los muros.
Nunca escucharé un "nosotros".

Golpearé incansable el tablero de mi vida.
No pediré migajas de pan.
No buscaré ninguna esperanza.
De sueños no se vive....
Apagaré de mi corazón, sus cantares de fuego.
Secaré sus ríos de palabras para que no fluya de mí...la pasión
que me calcina...el alma.
Vanamente sueñas, corazón de cristal.
Regresa a tu arquilla de sombras.
Aquí no hay pétalos ni flor.
Cúbrete, con blanca arena y si es nieve...mejor.
Ël....no exíste ; es sólo una efímera figura, un espejismo, una sombra, una alucinación.
¡¡¡Despiértate, despiértate, corazón longevo, no sueñes más!!!!!
¿Con qué derecho te atreves a soñar?

Golpearé incansablemente el tablero de mi vida.
Hoy escribiré a mi corazón su epitafio
sobre la loza fresca de memorias palpitantes,
de recuerdos e imprevistos resplandores.
Colmaré todas mis inquietudes entre oscuros fantasmas,
entre malditas y perversas violetas cuyo aroma
me regaló....un sueño.
¡¡¡¡Despierta, despieta ;
ya no sueñes con quimeras!!!!!!

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